Muchos de los dilemas morales perderían su intensidad, piensa Iris Murdoch, si abandonáramos la idea de una voluntad soberana que elige autónomamente sus cursos de acción. Prestar atención a la constitución de la realidad posibilita una suerte de ascesis experiencial que conduce más allá de los devaneos de un yo ensimismado. El ejercicio de apreciación de los detalles, de las conexiones, de la complejidad, modifica la decisión misma: no se trata de elegir, sino de “ver” lo moral –la exigencia de la cosa–, igual que un artista cabal no pinta lo que “le gusta” sino “lo que está ahí”.
Cuartango, R. (2006). Trascendiendo al yo ensimismado. La ética de la atención de Iris Murdoch. Isegoría, (35), pp. 283-293