En este trabajo se aborda el problema de la atribución de intenciones a otros sujetos, tratando de vincularlo, por un lado, con el problema filosófico de la explicación de las acciones humanas y, por otro lado, con el problema jurídico-procesal de la prueba del dolo. Se distingue entre dos tipos de concepciones, según asuman una postura cognoscitivista o no en relación con la validez de estas atribuciones, tomando postura a favor de la concepción cognoscitivista y proponiendo un esquema de razonamiento apropiado para la prueba judicial de la intención basado en un Principio de Racionalidad Mínima: esto es, se trata de mostrar la conexión entre intención y racionalidad y de sugerir que esta conexión puede usarse para probar la intención.
González, D. (2006). La prueba de la intención y la explicación de la acción. Isegoría, (35), pp. 173-192