Es
tarea de todos aplicar una ley, o sea realizar y ejecutar aquellos actos
jurídicos y hechos prácticos que desembocan en su cumplimiento o lo
constituyen. Se aplica una norma de carácter implicativo cuando, ante la
existencia de un supuesto de hecho previsto en ella, se concluye la obligación
(o licitud) contenida en su consecuencia jurídica, actuándose de conformidad
con ello. Eso es incompatible con la separación de lo normativo y lo fáctico,
propia del normativismo de Kelsen. Y es que hay situaciones jurídicas que es
imposible que se den cuando suceden ciertos hechos. El cambio de paradigma
requerido para entender el hecho jurídico pasa por adoptar una lógica jurídica
totalmente diferente de la lógica deóntica estándar.
Peña, L. (2006). La obligación de aplicar las normas jurídicas vigentes. Isegoría, (35), pp. 221-244