El presente artículo pretende describir el ethos, es decir, el hábito y la morada del historiador del arte, a partir de los elementos que vertebraron a la Historia Social del Arte: la reivindicación de los hechos, la consideración de las obras como el depósito de un intercambio social y la voluntad de ceñirse a los límites de lo históricamente descriptible. Distinguiéndose tanto de las preocupaciones específicas de la estética filosófica como de la reivindicación del pathos anacrónico propia de los recientes programas de antropología de las imágenes, dicha historiografía, que en la generación de Haskell o Baxandall estuvo atravesada por un escepticismo general en relación con la teoría, se postulará, con la llegada de la New Art History, menos como un método que como el terreno sobre el que habría de lanzarse toda pregunta o todo concepto importado de la filosofía.
Valle, I. & Cabello, G. (2015). Descripción histórica y estética filosófica. La historia social del arte entre la reivindicación de los hechos y el anacronismo del sufrimiento. Isegoría, (52), pp. 311-329