La democracia en el sentido contemporáneo del término, como autogobierno político de los seres humanos basado en la libertad y a igualdad, es de muy reciente implantación y cuenta con limitaciones geográficas y temáticas. Hoy, cuando la democracia representativa ha alcanzado nuevos espacios, en su marco tradicional del Estado-nación, las nuevas tecnologías y la globalización y la globalización de los procesos económicos la han puesto de nuevo en crisis. La expansión ilimitada del capital –semejante a la del universo- no ha tenido un equivalente en el terreno de la política, en el mejor de los casos, democrática, que sigue encorsetada en los estrechos límites del Estado-nación. Límites que sólo serán sobrepasados cuando la democracia, también, se haga expansiva. El subsistema democrático español, dentro del sistema de democracias europeas, es reciente y se considera producto de una determinada relación de fuerzas en un proceso histórico convulso en el que se han conocido, sobre todo, dictaduras. A pesar de ser el actual régimen político una democracia normalizada, contiene insuficiencias o limitaciones que conviene concretar. Éstas se manifiestan en cuestiones geoestratégicas de cierta dependencia: un deficiente sistema productivo no incrustado en la ciencia ni en la innovación; una insuficiente cohesión social y un excesivo poder económico; un problema territorial no resuelto y un Estado que no acaba de ser laico.
Sartorius, N. (2015). Sobre la crisis de la democracia (XXIII Conferencias Aranguren). Isegoría, (52), pp. 187-204