Un problema sociopolítico candente es el grado de representatividad pública que merezcan las religiones. Esta nota despliega el «estado de la cuestión» vertebrándolo en actitud crítica hacia el argumento básico común a los distintos interlocutores: la libertad de conciencia entendida como libertad de elección. No cabe identificarlas sin cancelar así la exigida separación entre lo religioso y lo político. Ahora bien, tal cancelación no solo se esté dando en la práctica, sino en los esquemas teóricos de quienes apoyan la laicidad desde dicha libertad para elegir. Como todo ello concierne al «monoteísmo de la razón», el discurso filosófico al respecto no debería quedarse en simple mediador entre las partes.
Rius, M. (2012). ¿Hasta cuándo la religión?. Isegoría, (47), pp. 421-437