La tolerancia es un valor básico de nuestras democracias, en cuanto se refiere a actitudes vitales y a interpretaciones simbólicas de nuestra experiencia. No suele haber tolerancia, en cambio, sobre las cuestiones de hecho presentadas sin base científica o desde presupuestos comprobadamente falsos. Las religiones tienen una dimensión poética y simbólica no sólo tolerable sino hasta enriquecedora de nuestra interpretación vital, pero casi siempre pretenden presentarse también como explicaciones de los hechos en competencia con la de los científicos. Puede cuestionarse si debe haber plena tolerancia para este segundo uso de la ideología religiosa.
Savater, F. (2008). ¿Es tolerable la tolerancia religiosa?. Isegoría, (39), pp. 19-26