Que la filosofía y la ciencia social normativas han experimentado en los últimos treinta años una explosión de productiva creatividad es cosa de la que apenas cabe dudar, si más no, a tenor del éxito conseguido en la lucha por arbitrar recursos y generar publicaciones. Desde finales de los sesenta, áreas de investigación enteras, como la filosofía política, la filosofía del derecho, la economía normativa y la ética social, durante décadas escasa o rutinariamente cultivadas, han conseguido atraer la atención de un número creciente de investigadores entusiastas y excelentes, que han removido los otrora apáticos cimientos de sus disciplinas.
Dümenech, A. (1998). Ocho desiderata metodológicos de las teorías sociales normativas. Isegoría, (18), pp. 115-141