En muy diferentes escritos -al fin y al cabo, se piensa en las coordenadas del tiempo en que nos ha tocado vivir- José Luis L. Aranguren se ha ocupado de la relación del intelectual con la política, cuestión a la que ha aportado atisbos y enfoques tan originales como esclarecedores, de modo que ya vale la pena resumir lo que ha pensado sobre el tema. Además, su propia obra y sus múltiples actividades, como profesor, publicista y conferenciante incansable, son de tal calibre y enjundia que en base a ellas cabe estudiar de modo paradigmático la influencia del intelectual sobre una España que me permitirá el lector que califique, con la mayor moderación y prudencia, pese a las enormes diferencias, por lo demás obvias, entre el franquismo y el régimen actual, de hosca y bastante difícil en todo momento. Este artículo consta de tres partes: 1. Una breve exposición de los aportes de Aranguren al tema. 2. Una segunda que. trata de desentrañar el tipo de relación que uno de los intelectuales más destacados ha tenido con la sociedad española en estos últimos cincuenta años, caminando en un doble sentido, desde la obra, para esclarecer su impacto real sobre la sociedad española; y desde ésta hacia al intelectual, interesados en mostrar los condicionamientos sociales -se piensa siempre en un contexto social y como reacción a él que configuran su pensamiento. 3. En fin, y a manera de conclusión provisional, algunas observaciones críticas a la tesis de Aranguren de que el intelectual debe permanecer alejado de la órbita del poder y, consecuentemente, de la política concreta.
Sotelo, I. (1997). Aranguren y el papel del intelectual. Isegoría, (15), pp. 191-215