Tras el final de la guerra fría las demandas de los grupos étnicos y nacionales han ocupado el centro de la vida política. Muchas de estas exigencias se han hecho apelando a los derechos de grupo y a la «política de la diferencia». En este ensayo se intenta mostrar que estas exigencias son en muchos casos compatibles con los principios liberales de libertad individual y justicia social. En este sentido, los derechos especiales de representación, los derechos lingüísticos y los derechos de autogobiernotienden a capacitar la autonomía de las minorías nacionales con respecto a la nación mayoritaria. Su límite se encuentra en la prevención de la dominación: asegurando la igualdad entre los grupos y la libertad e igualdad dentro de los grupos.
Kymlicka, W. (1996). Derechos individuales y derechos de grupo en la democracia liberal. Isegoría, (14), pp. 5-36