Existe una especial relación entre los planteamientos del pragmatismo clásico -James, Dewey- y una conciencia de norteamericanismo pues ésta persigue una forma de justificación basada sólo en el futuro y aquéllos apuntan a una crítica de la filosofía clásica europea que se desarrolló en términos de atemporalidad y de justificación del pasado. De manera paralela, en el neopragmatismo, la justificación de las creencias -siempre ligada a públicos determinados-- se opone a toda noción trascendental o transtemporal de verdad. La inviabilidad de tal noción conecta con la justificación, siempre contingente y contextual, encaminada al futuro y expresa un especial norteamericanismo.
Rorty, R. (1993). Norteamericanismo y pragmatismo. Isegoría, (8), pp. 5-25