La observación del comportamiento de los agentes económicos tanto en el laboratorio como en la vida real justifica que la racionalidad acotada sea un supuesto aceptado en numerosos modelos socio-económicos. El objetivo de este artículo es ilustrar las dificultades que conlleva una correcta definición de qué es un agente racional (irracional). En este artículo se describen dos marcos que emplean diferentes metodologías para analizar la racionalidad acotada. El primero es un modelo de segregación espacial donde se contrastan dos metodologías de optimización: inducción hacia atrás y hacia adelante. El resultado principal es que, incluso con el mismo nivel de conocimiento, tanto agentes racionales como irracionales podrían coincidir en sus acciones. El segundo marco trabaja sobre la relación entre irracionalidad y restricción de información. Se utiliza el juego llamado “beauty contest” (Nagel 1995) como mecanismo para explicar dicha relación.
Hernández, P. & Ballester, C. (2012). Racionalidad limitada. Revista Internacional de Sociología, 70 (e 1), pp. 27-38